La acelerada evolución tecnológica, especialmente en inteligencia artificial y robótica, nos coloca en una encrucijada única en la historia humana. Aunque estas tecnologías prometen alcanzar nuevos límites de desarrollo, su implementación sin regulaciones éticas podría plantear ciertos riesgos.
Actualmente se proyecta que, en un par de décadas, más del 50% de los trabajos actuales experimentarán transformaciones significativas o simplemente dejarán de existir. Este cambio no solo desafían nuestra comprensión convencional del trabajo, sino que también nos insta a prepararnos para nuevas formas de empleo basadas en tareas específicas y plataformas globales.
La transición hacia este nuevo paradigma laboral conlleva riesgos, como posibles aumentos del desempleo y precarización laboral. La sociedad actual enfrenta el desafío de garantizar la seguridad social y financiera de aquellos que se ven desplazados por la automatización y plataformas que ofrecen trabajos sin pagos o cotizaciones.
En medio de estos cambios, es esencial volver a pensar sobre nuestra educación y formación profesional. La creación de profesiones aún no concebidas exige un enfoque ágil y adaptable. Necesitamos preparar a las nuevas generaciones para tareas que ni siquiera hemos imaginado, fomentando más la creatividad y capacidad de adaptación.
En la medida que nos sumergimos en esta nueva era laboral, surgen preguntas globales sobre cómo financiaremos el Estado sin los impuestos tradicionales sobre el trabajo. Asi como también se exploraran propuestas innovadoras, como la renta básica universal, la cual se podría convertir en una necesidad para garantizar que todos tengan acceso a un nivel de vida digno.
El Cambio de Paradigma en la Productividad
En este sentido, podemos decir que en la era analógica, el ser humano ha sido el motor fundamental de la productividad. Sin embargo, debido a la reciente liberación tecnológica, se vislumbra un futuro donde la inteligencia artificial (IA) y la robótica potencian la productividad. En la medida que la IA y robótica mejoran la productividad, el trabajador humano disminuirá de manera constante su contribución en el mundo laboral. Este cambio estructural puede redefinir el tejido social, donde las empresas priorizarían la “reparación” de sus máquinas sobre el bienestar y formación de sus trabajadores.
Este cambio no solo conlleva una revolución en la eficiencia laboral, sino que también plantea desafíos significativos en términos de desigualdad laboral.
Imaginemos una fábrica en la sociedad analógica actual: el dueño del capital, aquel que ha invertido en la maquinaria y tecnología necesarias, se lleva el 30% de la ganancia generada por la producción. El restante 70% se destina a los sueldos de los trabajadores que, con su esfuerzo y habilidades, contribuyen al proceso productivo. En este escenario, aunque existe una brecha entre el capital y trabajo, se mantiene una proporción que sustenta la estabilidad laboral y social.
Ahora, proyectamos este modelo hacia el futuro, donde la inteligencia artificial y las máquinas asumen roles más destacados. Se estima que el aporte del capital podría reclamar hasta el 90% de la ganancia total, dejando solo un 10% para distribuir entre un número reducido de trabajadores. Esta transformación significaría una alteración drástica en la distribución de la riqueza, concentrando la mayoría de los beneficios en manos de quienes poseen el capital, mientras que un porcentaje mínimo se destinaría a los trabajadores.
De igual forma, inicialmente se creía que los trabajos de baja complejidad y monotonía serían los más perjudicados, sin embargo la inteligencia generativa (GPT) desafía esta perspectiva. Ya que está preparado para competir con los humanos en casi todos los ámbitos de la vida, superándolos ampliamente.
Por lo demás, al comprender el lenguaje natural, la IA puede “hackear” el “sistema operativo humano”, en otras palabras, dominar el lenguaje de la cultura humana. Esto le permitiría manipular y controlar el sistema operativo de la civilización, lo cual otorga un gran poder sobre la sociedad.
Dicho de otra manera, este nuevo escenario del mercado laboral plantea preguntas esenciales sobre la convivencia entre humanos y tecnología. Se visualiza la necesidad de equilibrar el avance tecnológico con la preservación del bienestar humano, lo cual se presenta como un nuevo desafío y foco central en la era digital, especialmente en el contexto económico.
Máquinas y robots por sobre las personas
Al generar contenidos, la inteligencia generativa (GPT) dará lugar a una cultura artificial que al absorber el conjunto de conocimientos y creencias que conforman la cultura humana, podría convertirse en un gran oráculo, capaz de resolver todos los aspectos de la vida, ya que conocerá más de nosotros que nosotros mismos.
Este proceso también pone en riesgo empleos altamente calificados, como médicos (imagenología), abogados, jueces, editores, periodistas, músicos los cuales son parte de la dimensión creativa. El proceso de adaptación no será sencillo, ya que la capacitación laboral estará sujeta a fenómenos exponencialmente emergentes.
Según un estudio de la consultora McKinsey, anualmente, las personas trabajan en promedio 1,700 horas al año; y los robots, 8,700 horas de manera continua. No se enferman, no tienen sindicatos y tampoco requieren capacitación, ya que se actualizan en línea frente a cualquier cambio tecnológico. Además se pueden adquirir para varios años, con el sueldo anual de un trabajador incapaz de adaptarse a tareas complejas.
Todos estos cambios requieren una reflexión, ya que gran parte de las labores realizadas por los trabajadores podrían ser desplazados y suministradas por plataformas para empresas con cada vez con menos personal contratado. Electricistas, vendedores, contadores… serán servicios sin contrato fijo, ofrecidos para tareas específicas y puntuales.
Se vislumbra entonces una potencial precarización del trabajo que, por lo cual, en el futuro próximo, es fundamental contar con normas y reglamentos que establezcan seguridad para los trabajadores. Nos enfrentamos a inevitables cambios, especialmente en el ámbito laboral.
El video, Yuval Harari | Inteligencia artificial | Charlas del Futuro, entrega información complementaria sobre el tema expuesto. [Video del canal VTRChile]. Recuperado de [https://www.youtube.com/watch?v=n6tWwwr6oV8&t=625s]