La inteligencia artificial (IA) es una de las tecnologías más prometedoras y revolucionarias de nuestro tiempo. Con esta, podemos crear sistemas capaces de aprender, razonar y resolver problemas complejos.
Pero ¿sabías que la inteligencia artificial (IA) también puede ser una aliada para cuidar el planeta? En este artículo, te comento algunas de las aplicaciones de IA que están ayudando a proteger el medio ambiente y a luchar contra el cambio climático.
Salvar árboles con guardianes de IA
Los bosques son vitales para la biodiversidad, el ciclo del agua y la captura de carbono. Sin embargo, cada año se pierden millones de hectáreas de bosque por la deforestación ilegal, que además contribuye al calentamiento global.
Para evitarlo, una organización llamada Rainforest Connection ha desarrollado un sistema de sensores acústicos que se instalan en los árboles y que detectan el sonido de las motosierras o los vehículos. Estos sensores se conectan a una plataforma de IA en la nube, que analiza los datos y envía alertas en tiempo real a las autoridades locales o a los grupos de conservación. De esta forma, se puede intervenir rápidamente y evitar que se siga talando el bosque. Según la organización, sus dispositivos “guardianes” han protegido más de 2.000 kilómetros cuadrados de selva en 35 países.
Reducir la huella de carbono del acero
El acero es uno de los materiales más utilizados en la industria y la construcción, pero también uno de los que más contaminan. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, el sector siderúrgico es responsable del 7% de las emisiones globales de CO2.
Una forma de reducir este impacto es optimizar el proceso de producción del acero, haciendo que sea más eficiente y menos derrochador. Es por esto que una empresa estadounidense llamada Fero Labs ha creado un software de IA que ayuda a los fabricantes de acero a mejorar la calidad y el rendimiento de sus productos, al mismo tiempo que reduce el consumo de energía y materias primas.
El software utiliza algoritmos de aprendizaje automático para analizar los datos del proceso siderúrgico ofreciendo recomendaciones para ajustar los parámetros y variables que influyen en el resultado final. De acuerdo a la empresa, su solución puede llegar a reducir las emisiones de CO2 en un 10% por tonelada de acero producida.
Monitorear el estado de los océanos con drones
Los océanos son fundamentales para la vida en la Tierra, ya que regulan el clima, albergan una gran diversidad de especies y proporcionan recursos alimentarios y económicos. Sin embargo, los océanos están amenazados por el cambio climático, la sobrepesca, la contaminación y la acidificación. Para protegerlos, es necesario conocer su estado y sus cambios con precisión y rapidez. Una forma de hacerlo es mediante el uso de drones marinos, que son vehículos no tripulados que pueden navegar por la superficie o sumergirse en las profundidades del mar.
Estos drones pueden estar equipados con sensores, cámaras y sistemas de comunicación que les permiten recabar datos sobre la temperatura, el pH, nivel del mar, salinidad, oxígeno o la presencia de vida marina. Estos datos se envían a una plataforma de IA en la nube, que los procesa y convierte en información útil para los científicos, los gestores ambientales o pescadores. Ejemplo de esto esto es la empresa española Marine Instruments ha desarrollado un dron marino que ayuda a los pescadores a localizar bancos de atún sin dañar otras especies o el ecosistema.
Agricultura Inteligente ¿Cómo la IA puede mejorar la agricultura?
Actualmente, la agricultura es una actividad esencial para la alimentación y desarrollo de la humanidad, pero también tiene un gran impacto ambiental. Por eso, es importante buscar formas de hacerla más eficiente y sostenible. Y una de las soluciones que ofrece la tecnología es la agricultura inteligente, que utiliza la inteligencia artificial (IA) para optimizar el manejo de los cultivos.
Se aplica en la agricultura mediante sensores solares que monitorean el microclima alrededor de las plantas. Estos aparatos recolectan datos sobre su temperatura, humedad, radiación y humedad del suelo, y se envían a una plataforma digital. Posteriormente, unos algoritmos procesan los datos y generan recomendaciones personalizadas sobre el riego y la aplicación de fertilizantes. Ahorrando de esta manera recursos, como el agua, fertilizantes, y reduciendo las emisiones de CO2 asociadas a la agricultura.
Estas son solo algunas de las formas en las que la IA puede ayudar a proteger el medio ambiente y a combatir el cambio climático. Pero hay muchas más. La IA también puede ser una herramienta poderosa para mejorar nuestra relación con la naturaleza y crear un futuro más sostenible para todos.
